Cada ser vivo, cada parte de este mundo, cada río, por pequeño que sea, nos transforma. Somos el resultado de una naturaleza trascendente. Todo esto implica que debemos respetarla, porque así no lo queramos de ella dependemos.
Hoy es un día especial; siendo 4 de octubre celebramos el día mundial de las aves y este día es más importante que cualquier otro porque celebramos la vida en las nubes y la vida encima de nosotros, porque cuando pequeños queríamos volar como aves y cuando grandes queríamos ser libres como ellas.
Somos el primer país en el mundo con mayor presencia de aves; segundo en anfibios, mariposas, plantas, peces dulces y acuícolas; tercero en reptiles y palmas y cuarto en mamíferos. Razón suficiente para amarlo.
Este día observemos el cielo preguntándonos ¿se vería igual sin un ser vivo que lo adorne? ¿Los cables, los focos y postes pueden reemplazar su vuelo? En los pequeños detalles están los grandes placeres, el placer de hoy es dejarnos llevar por el movimiento, por el revoloteo, por el aire golpeando nuestro cuerpo, las aves acompañando nuestros trayectos.
Que el interés por las aves nos anime a una mayor participación y apoyo de la conservación medioambiental, porque las amenazas a las que se enfrentan son de todos los día y las medidas de conservación necesarias para su supervivencia, deben ser promovidas por el amor que les tenemos.