El ser humano, en su afán de capitalización y urbanización, está acabando con el planeta poco a poco de manera indiscriminada y, lo peor del caso, es que aún no ha terminado de comprender y hacer consciencia, de que la reducción de los efectos del cambio climático, depende en gran parte, de sus acciones individuales. Un ejemplo muy particular de lo destructivo que puede llegar a ser el ser humano, en aras de mejorar su economía, es lo sucedido en el año 1996, cuando un grupo de ladrones se organizó para robarle árboles a un distrito de Washington, talando 1 millón de especies por mes que luego vendían a empresas productoras de papel, quienes los compraban sin ningún tipo de escrúpulos.

Esto no es algo que pase sólo en la actualidad. Ya desde la aparición de las primeras civilizaciones, la humanidad se ha dedicado a devastar la naturaleza sin ningún tipo de cargos de conciencia y, hasta hoy no ha parado. Esto ha dejado como secuela que se hayan perdido la mitad de los árboles que habitaban en nuestro planeta. Anualmente, se presenta una destrucción de alrededor de 150.000 km cuadrados de bosque, lo cual es equivalente a 190 veces la ciudad de Nueva York.

Un estudio realizado por la revista Nature, publicado en el año 2015, el cual tenía como objetivo calcular el número árboles que existían en la tierra, hasta ese momento, obtuvo como resultado, que la cantidad de árboles era de 3 billones, lo que se traduce en 422 por persona. Sin embargo, la distribución es desigual, lo que significa que dependiendo el lugar donde habitemos, nuestro aire será más o menos sano, por ejemplo, Bolivia es un país rico en bosques y cuenta con 5000 árboles por persona, en cambio otros como Israel son muy pobres y sólo le corresponden 2 a cada individuo; y, teniendo en cuenta que son necesarios 22 árboles para suplir la demanda de oxígeno de una persona al día, podemos concluir que el aire de dicho país, está completamente contaminado, lo que a corto plazo traerá consecuencias en el deterioro de la salud de sus habitantes y no sólo eso, sino que se afectarán también los suelos, ya que no volverán las lluvias y por ende, tampoco la productividad de las tierras, influyendo esto a la vez en la economía por la escasez de los recursos.

Estos índices tan altos de deforestación y destrucción nos pueden dar un trágico pronóstico si siguen igual que hasta ahora, siendo probable que en 300 años no contaremos con árboles y en consecuencia tampoco habrá agua, razón por la cual, sería casi imposible que hubiese vida.

Debemos tomar conciencia de que la deforestación pone en riesgo nuestra propia supervivencia y que si no actuamos, en aras de proteger los recursos naturales, todas las especies, incluyendo la nuestra, estarán condenadas a la extinción.

En Fundación Red de Árboles trabajamos arduamente para proteger nuestros bosques y creemos de manera fehaciente que el acceso a la información veraz, completa y oportuna sobre lo que pasa en el mundo actualmente, respecto al medio ambiente es esencial para actuar en defensa de nuestros árboles. Por tal razón, vimos la necesidad de crear nuestro Observatorio Ambiental, un espacio donde, además de estar al tanto de lo que pasa en tu ciudad respecto a las medidas ambientales que se están tomando en beneficio o deterioro de los ecosistemas, también podrás comunicarle a toda la comunidad sobre los procesos de tala de bosques que tú consideres que tienen un dudoso proceder e incluso, también las que parezcan legales, ya que la tala de un solo árbol, nos afecta de manera directa a todos. Entonces ¡unámonos en defensa de nuestros árboles! y mantengamos a salvo nuestro planeta, para que tanto nosotros, como las futuras generaciones, podamos disfrutar de un mundo mejor.

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